jueves, 3 de julio de 2008

¿Bolivia en Crisis? y que queda para Chile...

¿Bolivia en Crisis? Y que queda para Chile…

Por RLT
Existe una percepción de que Bolivia está atravesando por una grave crisis política y social, que la tiene al borde del caos e incluso al punto de llegar a una guerra civil, esta percepción además de estar muy alejada de la realidad, da cuenta de que manera los medios de comunicación-principalmente controlados por las elites económicas y políticas- son capaces de desvirtuar los hechos al punto de manipular la opinión pública y ciudadana a favor de los intereses de una minoría que ha mantenido históricamente el poder por sobre una mayoría que se ha mantenido en la exclusión política, económica y social por más de 500 años que es la población aborigen Boliviana(62% respecto al total de la población)[1].
Evo Morales, se consagro como el primer presidente indígena de toda América Latina, al poco tiempo de su mandato convocó una Asamblea Constituyente cuya finalidad fue crear una nueva constitución que fuese representativa de los intereses de toda la ciudadanía y no de una elite política como lo había sido históricamente, generó medidas de expropiación contra aquellos latifundios improductivos y obtenidos ilegalmente, como también nacionalizó los Hidrocarburos. Lo cual significó un incremento sustancial en la recaudación fiscal. Durante el año 2005 los ingresos por los Hidrocarburos llegó a US$286 millones de dólares y después de la nacionalización la recaudación llegó a los US$690 millones de dólares.
Otro logro importante es la condonación de la deuda externa, El FMI y el Banco Mundial le condonaron US$1898 millones, quedando un saldo de US$108 millones. Respecto al déficit fiscal de un -2,5 recibido del gobierno anterior en el 2006 se llega por primera vez en 25 años a un superávit fiscal del orden de un 5.5%.
La denominada crisis, no es precisamente de desaprobación de la gestión gubernamental de Morales-en una reciente encuesta el presidente aparece con un 59% de aprobación- ni tampoco por los resultados de la gestión económica que ha ido en franco progreso, sino que más bien la crisis se desata por la dura resistencia que han generado los sectores más ricos del país que se habían acostumbrado a manejar los destinos de la nación bajo una democracia representativa alejada de las bases sociales y además presentando altos niveles de corrupción.
En un seminario convocado por el ex presidente Carlos Mesa, durante el mes de junio del año 2008, se encontraron diversos políticos del oficialismo como de la oposición a debatir acerca la situación política Boliviana, el ex Ministro de Educación del presidente Morales, Félix Patzi, señalaba que en Bolivia hay una crisis de Paradigma, por una parte por la estructuración histórica y tradicional de la sociedad y el Estado, dominada por las minorías blancas y la marginación de las mayorías indígenas y por otra la irrupción del mundo indígena en el espectro político a través de grupos de presión que han llegado al poder por medio de los mecanismos creados por la propia institucionalidad colonialista o minoritaria.
“ Estamos en un momento histórico de definir una nueva hegemonía”, concluye Patzi, en que la democracia comunitaria (originaria), basada en el poder de deliberación colectiva, sin intermediación, se disputaría la hegemonía en relación a la democracia meramente representativa, basada en la competencia entre partidos.”[2]
Bolivia sin duda está en una crisis y que muy por el contrario de considerarse como algo negativo, es una oportunidad para lograr una mayor equidad e integración de la mayoría de población urbana y campesina que vive en la pobreza.
Por otra parte, Chile país Latinoamericano y con una historia común con Bolivia en muchos aspectos, forma parte de un cuadro que no está exento de crisis de representatividad política, por una lado ya se han cumplido 18 años de los gobiernos democráticos Concertacionístas, lo que ha significado un reconocido agotamiento político relacionado en parte por una serie de demandas no satisfechas por parte de sectores de la población y que no guardan vinculo con la agenda de logros y propósitos del actual gobierno, esto ha resultado en una brecha de representados y representantes, “ que ha generado una serie de descontentos que se manifiestan principalmente por encuestas de opinión que ponen una muy mala calificación, a los partidos políticos, el parlamento, los tribunales de justicia, los municipios y las empresas públicas”[3], situación que se patenta aún más con el bajo nivel de aprobación que actualmente tiene el gobierno llegando a un 42,4%[4] principalmente por el manejo de la Ley de educación, que por una parte se resolvió por medio de un acuerdo entre las elites políticas pero que no contó con la aprobación por parte de la mayoría de los actores directamente involucrados con el problema, que son los estudiantes, profesores, apoderados entre otros.
Sin lugar a dudas la crisis que en la actualidad experimenta Bolivia no es comparable con Chile, no hay importantes enfrenamientos que confluyan en muertos y heridos, tampoco una polarización de posiciones políticas, como las que habían antaño, no obstante, es importante dar una mirada crítica al sistema político chileno y en que medida esta democracia representativa en la cual se encuentra Chile, es capaz de reconocer y acoger las problemáticas actuales de la ciudadanía. A su vez es importante considerar las nuevas formas de participación no expresadas en los tradicionales partidos políticos, pero que tienen diversas formas de expresión extraparlamentaria con una visión crítica al Modelo Económico Neoliberal y a la forma como la Concertación está llevando a cabo la conducción del país, aquí nos encontramos con movimientos sociales que se generan en torno a causas comunes, por ejemplo, el que se vive actualmente en torno a la educación, además emergen minorías de diverso índole, tales como indígenas, ecológicas, culturales, religiosas entre otras, que en el futuro pueden tener una ingerencia política y social más allá de la expresada hasta la fecha y que pueden confluir en un nuevo frente popular que más temprano que tarde rompa con la hegemonía política Concertacionísta-Aliancista .



[1] Banco Mundial, Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo humano en América Latina: 1994-2004
[2] La Segunda, Junio de 2008, “Bolivia en la Encrucijada” Columna de Ignacio Walter
[3] Hidalgo Paulo, Las Claves de la Democracia Chilena, Febrero de 2007
[4] Adimark, Junio de 2008