lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Es Chile un País Justo?


Es fundamental realizar periódicamente una reflexión ética sobre la función pública y la política en Chile, en torno a distintos temas que afectan a la ciudadanía en general, desde hechos de corrupción, acceso a la justicia, calidad de la educación, participación política y social, distribución del ingreso, pobreza entre otros muchos temas, desde un punto de vista de la justicia social.

Según Rawls, una sociedad puede ser calificada como justa, cuando en ella se dan garantías que permiten que todas las personas puedan acceder a bienes primarios en igualdad de oportunidades tales como derechos, libertades, posibilidades de ingreso, de riqueza, de poder, de base social para el autorespeto entre otros.

En cada una de las temáticas antes presentada se podrían elaborar diagnósticos y plantear desafíos, no obstante, a continuación solo desarrollaré, a modo de ejemplo, un caso de Corrupción y la Distribución del ingreso.

Según Transparencia Internacional, Chile en el Ranking de percepción de Corrupción se encuentra en el lugar 23 de un total de 180 países, lo cual quiere decir que existe una percepción relativamente baja en comparación con otros países respecto a la existencia o no de este flagelo, sin embargo, ello no quiere decir, que no existan hechos de corrupción, tanto en el sector público como privado, por mencionar algunos casos: Mop-Gates, Chile Deportes, Ferrocarriles del Estado, Compra de Aviones, colusión de farmacias, información privilegiada (Caso Lan), donde altas autoridades del mundo público y privado han estado involucrados(as) directa o indirectamente. Sin embargo, los resultados de las investigaciones a estos hechos han derivado en esclarecimientos parciales respecto a los responsables y a sanciones menores, que no dicen ninguna relación con los daños monetarios, morales, en credibilidad entre otros, causados a la sociedad. Esto sucede cuando los implicados son personas que forman parte de la elite política y económica de nuestro país, contrario a ello, es cuando el responsable es “Juanito Pérez”-personaje ficticio-, que tuvo la desgracia de ser pobre o de la clase media, que es parte del perraje y con escasa o nula influencia.


Aproximadamente hace un año se cerró el caso Mop-Gate, se “alcanzó a descubrir” un fraude al fisco por más de $1253 millones de pesos, por sobrevaloración de contratos, ocultamiento de costos, triangulación de dineros para el pago de sobresueldos, y para el financiamiento de la campaña presidencial de Ricardo Lagos en 1999. Quedaron como procesados en calidad de autores, un ex ministro de obras públicas y el ex jefe de finanzas del mismo ministerio. El primero fue condenado a 60 días de presidio remitido y el segundo a 61 días. De hecho el que suscribe vio hace unos meses atrás caminando placidamente por las calles de providencia a uno de los implicados en su nuevo trabajo, como gerente de negocios de la empresa “Imaginación Consultores” del ex ministro y reconocido lobbysta Enrique Correa.

Segundo caso, y se resume en dos líneas, paradójicamente el 19 de septiembre de este año un Juez en Talca condenó a 3 años y un día de “Cárcel” a un hombre de 67 años por haber robado una gallina.

Vamos ahora a la Distribución del Ingreso, importantes estudios (Morley 2001) señalan que Latinoamérica posee la distribución del ingreso más desigual en el mundo, las razones que se dan es que existe una fuerte desigualdad en el ámbito educacional, segundo un incremento en las tasas de crecimiento de la fuerza de trabajo que hace que los salarios de los grupos de trabajadores menos calificados caigan y tercero, los ricos en esta región son muchos más ricos relativos que el resto de la población que en cualquier parte del mundo.

Chile ocupa en un Ranking de desigualdad el lugar 13 de 177 países (UNPD 2006), es decir, está entre los primeros países con peor distribución del ingreso en América Latina y el Mundo, esto quiere decir, que la mayor parte de la riqueza nacional se encuentra concentrada en un pequeño porcentaje de ciudadanos.

En conclusión, a raíz de los ejemplos mencionados se puede señalar que en ambas temáticas tanto en lo que es corrupción, como la distribución del ingreso se presentan situaciones de inequidad, que requieren por tanto una reflexión ética, en cuanto a si socialmente son aceptables o no estas situaciones, si es aceptable que una persona que roba a todos los ciudadanos más de 1000 millones de pesos tenga una pena de 60 días remitida en cambio uno que roba una gallina tenga 3 años de cárcel, donde se perpetúa una cultura de impunidad, con este caso y muchos otros más, donde la clase política y económica genera una red de protección independiente si es de un color político u otro.

Otra pregunta, es aceptable o no que Chile sea uno de los países en el mundo con peores distribuciones en el ingreso, donde los más ricos son más ricos y los pobres son más pobres en términos relativos, esta situación resulta en sociedades altamente segregacionistas y clasistas, como consecuencia de ello se acentúan los conflictos sociales, la violencia y delincuencia y las respuestas que se generan para responder a estos fenómenos, es más represión, más carabineros, no atacando el fondo que es la desigualdad, la falta de equidad. Es prudente preguntar y reflexionar entonces si Chile, ¿es un país justo?

1 comentario:

Alexander dijo...

Estimado. Desde la vereda de mi lado, puedo decir, que coincido con tu diagnóstico, de que Chile no es un país justo, dado los ejemplos que expusiste, y tantos otros, que conocemos y quizás cuantos màs que desconocemos. Si bien, creo también que dificilmente podamos alcanzar una sociedad justa, esto teniedo como modelo de justicia, la justicia del Señor, y la convivencia en amor y cuidado que nos heredó.
Mi punto es el siguiente. El modelo de una sociedad más justa, debiera estar presente o reflejada en la vida de la iglesia, para ser un modelo empíricamente válido, de ser imitado y valorado, por las sociedades, por sobre los modelos alternativos, conservadores y progresistas de la sociedad. Quizà a más de alguien esto le parezca una idea trasnochada, decimonónica, pero creo que nos puede llevar al análisis y re-estudio, de nuestro comportamiento social, y a la aplicación de las palabras "sal y Luz", no tan solo a nivel individual y privado, sino también, como sociedad cristiana o cuerpo de cristo.
Slds.