sábado, 28 de julio de 2007

Corazón Valiente, don Clotario y las Reformas Necesarias


A principios del siglo XIV, Escocia, se encuentra sometida y fuertemente oprimida por la monarquía Inglesa, la cual le cobra exorbitantes impuestos por el uso de las tierras, usando la violencia física y sexual para el cumplimiento de ello. Los nobles escoceses, supuestos protectores del pueblo, en vez de enfrentar al opresor, negocian con él. Si estos mantienen al pueblo obedeciendo y accediendo a las instrucciones del Rey, estos obtendrán a cambio tierras y títulos para ellos y su descendencia. De pronto llega a escena un joven escocés, Wallace, que no es noble, pero que habla más de un idioma y que conoce lo que acontece en el mundo. Éste se transforma en un caudillo que desafía a la opresión inglesa.
Wallace, con un grupo de campesinos, sin mayor preparación pero con una firme convicción y anhelo por conseguir la libertad, obtiene sus primeras victorias y obliga a los nobles escoceses a pelear por la causa de la independencia del pueblo, que al final se logra y escocia emerge como un reino libre, que sin un líder como Wallace, jamás habría sido posible realizar tal hazaña.
En Chile, vemos algo similar, hoy la concentración económica, es cada día mayor, los ricos son más ricos y los pobres lo son aún más, la brecha entre la educación particular pagada con la particular subvencionada y la “municipal” es enorme, los recursos naturales no renovables como el cobre, se encuentran en más de 60% en manos de privados, sin que estos paguen un impuesto suficiente por estar explotando un recurso natural no renovable que en algún momento se terminará. Los trabajadores paulatinamente van perdiendo sus derechos laborales en pro de la flexibilización laboral, la subcontratación y las amenazas constantes del gran empresariado de no invertir en el país y generar empleos.
En este contexto, los líderes del movimiento sindical y gremial se mueven como los nobles escoceses de la época de Wallace, donde los dirigentes de la CUT y ANEF aparecen con encendidos discursos, exigiendo importantes reivindicaciones para sus representados, declarándolos por los medios de comunicación, pero en lo concreto, estos discursos, solo se transforman en acuerdos a puertas cerradas con besos y abrazos con la autoridad, en lo cuales se logran mantener por años en el poder, transando las grandes reformas del país, que solo los movimientos sindicales y gremiales podrían impulsar, como la historia de los países en el mundo y del nuestro lo demuestra.
Hoy más que nunca hacen falta pequeños Wallace, esto es líderes que realmente sepan luchar por los intereses de los trabajadores y por ende por las grandes reformas, dentro de las cuales se pueden mencionar una reestructuración tributaria progresiva, es decir, donde quienes se benefician mayormente con el modelo económico, sean los que paguen más impuestos-esto es el gran empresariado- y no como ahora, donde más del 50% de los impuestos recaudados se obtienen mediante el pago de impuestos de las personas. También es necesario aumentar las remuneraciones de los trabajadores de acuerdo a la productividad del país, estas se constituyen en uno de los principales medios para la redistribución del ingreso, mientras la productividad del año 1989 al 2007 ha crecido en un 84%, las remuneraciones tal solo lo han hecho en un 70%, esto una perdida en 14 puntos de los ingresos salariales. Respecto a las pensiones, hoy existe una verdadera dictadura previsional, donde la única posibilidad de cotizar para efecto de la jubilación es en las AFP, lo cual implica al momento de jubilar un significativo empobrecimiento de los trabajadores de ingresos medios, sin tener la opción de imponer en un sistema publico y solidario de pensiones.
Existen muchas otras reformas que no menciono, no obstante, ninguna de ellas será posible de concretar sin la unidad de los trabajadores, como lo señaló muy bien don Clotario Blest quien fuese fundador de la ANEF y la CUT, y un gran luchador social.

Así que pequeños Wallace, pequeños Clotarios Blest, a mover a los nobles de la CUT y de la ANEF.

jueves, 5 de julio de 2007

Chile no requiere una AFP Estatal, sino un Sistema de Pensiones digno de los países desarrollados.

Chile no requiere una AFP Estatal, sino un Sistema de Pensiones digno de los países desarrollados.

La finalidad más importante de un sistema de Seguridad Social es asegurar un adecuado nivel de vida para las personas, cuando sus ingresos se vean interrumpidos en forma temporal (Desempleo, maternidad, enfermedad profesional) o permanente (vejez, invalidez o muerte). De esta forma se procura mantener una autonomía económica del individuo y/o su familia, que le permita vivir dignamente a pesar de la contingencia sufrida.

En materia de pensiones la Asociación Nacional Internacional de Seguridad Social desarrolla un enfoque para analizar los sistemas previsionales desde la perspectiva de la redistribución de primera grada y el seguro de segunda grada, que a continuación explico.

El primer término se refiere a que los sistemas de pensiones deben garantizar un nivel mínimo absoluto de subsistencia, con ello generar redes de protección social que impidan llegar a la vejez con pobreza, por ejemplo, a través del pago de pensiones básicas, como es el caso de Chile, donde se pagan pensiones asistenciales a los sectores de más escasos recursos (424.339 pensiones, INP 2006), las cuales se pretende ampliar su cobertura con la creación de las pensiones básicas solidarias a través de la “Reforma Previsional”, se estima que en 2025 el Estado subsidiará 65% de la población mayor con este tipo de pensiones(Informe Marcel). A este sistema se le denomina también régimen redistributivos de primera grada, su financiamiento es público. Cabe destacar que en la actualidad casi la totalidad de las pensiones las financia el Estado. El INP pago a diciembre de 2006 1.291.167 pensiones, en cambio, el sistema previsional privado pago 163.000 pensiones de vejez, en las cuales el Estado subsidió dos tercios del total de beneficios entregados por el sistema privado de pensiones. “Los pensionados del sistema privado han recibido beneficios del orden de los 4,1 billones, y adicionalmente 5,4 billones en pensiones vitalicias y otras pagadas por las cías. de seguros, sin embargo, las administradoras y compañías de seguro han recibido subsidios por parte del fisco, a un equivalente a los 6,1 billones” (CENDA 2007)

Desde la perspectiva del Seguro de segunda grada, el sistema de pensiones apunta a lograr en la jubilación, un nivel de vida comparado con el que se llevaba cuando se trabajaba o una adecuada tasa de reemplazo, en este último caso, se refiere principalmente a aquellas personas que han aportando regularmente con sus cotizaciones al sistema de pensiones, y por ende, este nivel va mucho más allá de prevenir la línea de la pobreza.

La OCDE, es la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en sus inicios reunió a los países más industrializados con economía de mercado, Chile es miembro observador.

De los 30 países de la OCDE, 24 posee regímenes públicos que administran las prestaciones del seguro de la segunda grada o denominado también pilar contributivo. 25 de ellos posee sistemas de pensiones ligados a las ganancias y 17 de los cuales mantienen planes públicos de Prestaciones Definidas (PD), en estos últimos, el monto que recibirá un pensionado dependerá del número de cotizaciones abonadas a lo largo de la trayectoria laboral y en alguna medida a las ganancias individuales obtenidas de la actividad laboral. El parámetro central que incide sobre el valor de la pensión es la tasa de acumulación.

En Chile los trabajadores desde la década de los 80, están obligados a cotizar para efectos de jubilación en el sistema privado de pensiones. Y aquellos que se cambiaron desde el régimen público al privado, administrado por las AFP, están impedidos de volver al público por un decreto elaborado durante el régimen militar, que los gobiernos de la concertación han mantenido. Por tanto en Chile no existe la libertad de elección entre un sistema público de pensiones y uno privado.

Por otra parte de los 25 países que poseen sistemas ligados a las ganancias, 20 han fijado los montos de pensión de acuerdo al promedio salarial de toda la vida, de manera que todos los años de ganancias determinan derechos de pensión.

En Chile el monto de la pensión del trabajador bajo la lógica del sistema privado de pensiones, depende principalmente del fondo acumulado a lo largo de la vida laboral, de la rentabilidad del fondo de pensiones, del sexo y de la expectativa de vida al momento de jubilar. Las mujeres en sus saldos promedios acumulados presentan un 45% menos de ahorros que los varones (López, Rodriguez; Arcis 2007)

En 17 países de la OCDE, existe una cotización patronal dirigida para el pago de pensiones de los trabajadores, alcanzando la contribución en promedio a un 12% del sueldo bruto imponible del trabajador. Y el promedio de cotizaciones de los trabajadores a la pensión es de un 8% del sueldo bruto. Y en promedio el pago de cotizaciones a la pensión entre trabajadores y empleadores alcanza a un 19%.

En Chile, por ejemplo, el financiamiento de las pensiones en la ex caja del Servicio del Seguro Social, era tripartito, el Trabajador aportaba un 8%, el empleador un 38% y el Estado un 5%. Con la imposición del sistema privado de pensiones durante el régimen militar, el aporte del empleador se derogo hasta el presente. Solo siendo responsabilidad del trabajador cotizar para la pensión, con un 10% de contribución sobre del sueldo bruto imponible.

Las tasas de reemplazo netas promedios de los 30 países de la OCDE alcanzan a un 69%(AISS 2006). En cambio en Chile apenas a un 38% (López, Rodriguez; Arcis 2007). Por ejemplo, si un trabajador durante su vida activa obtuvo en promedio un salario de $500.000, si se jubilara por uno de los países de la OCDE, obtendría $345.00, en cambio en Chile, solo alcanzaría a $190.000.

En conclusión, casi todos los países de la OCDE poseen regímenes públicos de pensiones, principalmente de prestaciones definidas y donde el cálculo de la pensión es obtenido de los promedios salariales alcanzados por los trabajadores a lo largo de su trayectoria laboral, donde existe una importante contribución patronal para el financiamiento de las pensiones. Todo ello genera como resultado, pensiones adecuadas para los trabajadores y que tienen una mayor relación con las rentas obtenidas antes del retiro laboral.

En cambio en Chile, el sistema de pensiones se ha convertido en un muy buen negocio para los dueños y empresas ligadas a las AFP, pero en un muy mal negocio para los trabajadores, quines son objeto y sujeto último de un sistema previsional que no es capaz de generar pensiones adecuadas. Ni con las modificaciones que pretende impulsar la Reforma Previsional, como son la ampliación del límite de inversiones en el extranjero, la entrada de nuevos actores al “negocio previsional” e incentivo al ahorro voluntario. Al permitir que se aumente el límite a la inversión en el extranjero, implica un mayor riesgo de pérdidas de los fondos, dado las fluctuaciones de la economía y mercados internacionales, el que entren nuevos actores, no significa mayor rentabilidad para los afiliados, en la década de los 80, llegaron a existir alrededor de 22 AFP, en el presente solo quedan 6, y con respecto al ahorro voluntario, solo las personas de mayores ingresos tienen capacidad de ahorro, la clase media, y estratos más bajos de la población dedica sino todo, la mayor parte de sus ingresos al consumo (Propensión marginal al consumo).

Por lo anterior las medidas de la denominada Reforma Previsional solo son soluciones de parche que no tendrán un impacto en el mejoramiento de las pensiones de los trabajadores participantes activos del sistema previsional.

Ya es la hora que el gobierno de la Presidenta Bachelet, impulse una genuina Reforma Previsional, digna de los países desarrollados. Donde se reivindique la Seguridad Social Pública que otorgue pensiones que permitan a las personas mantener condiciones vida similar a las llevadas antes del retiro laboral, y no signifiquen un empobrecimiento de la población de ingresos medios al momento de jubilar, como es el resultante de pensionarse bajo la actual lógica y oligopolio de las AFP y que la Concertación extrañamente en 16 años de gobierno, a manifestado una exagerada cautela en tocar los intereses de estas empresas.